A partir de entonces y entre los prohombres de Toledo, se desea tener el honor de pertenecer al Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro. Son tantas las solicitudes que se presentan y tan fuertes las recomendaciones que las avalan, que la Junta de Gobierno, temiendo que se desvirtúe la esencia fundacional de la Orden, consulta sobre lo que acontece al Cardenal Primado, pero éste y ante la categoría moral y cristiana de muchos de los aspirantes, constituye capítulo, por medio del Prioste, el día 7 de Junio de 1928, en su sede, la Capilla del Palacio Primacial, a las 8 de la mañana. Es día del Corpus Christi, y el boato y esplendor se acentúan. Durante la sesión, asisten más de cuarenta caballeros. Por unanimidad se admitieron para tomar el hábito los siguientes señores que lo tenían solicitado: Ilustrísimo Sr. D. José Feliz de Lequerica, ex subsecretario y abogado de Bilbao; Sr. D. José Mosquera Amores, abogado y propietario de Villanueva de Alcardete; Excelentísimo Sr. D. Francisco de Tuero y Guerrero, Marqués de los Llanos, militar, de Madrid; Sr. D. Alfonso Fernández de Alcalde y Fernández de Varela, abogado, de Madrid; Excelentísimo Sr. D. José María Velluti y Zbikoroski, Marques de Falces, de Madrid; Ilustrísimo Sr. D. Francisco Ponce de León y Díaz de Velasco, médico, de Valladolid; Sr. D. José Calvo Sotelo, abogado Ministro de la Monarquía.
También se acordó gestionar que a tan notables caballeros no se les incluyera, en las comisiones oficiales de la Procesión del Corpus, para que pudieran asistir a esta con el Capítulo de Caballeros.
El Prioste leyó carta del maestro y compositor Jacinto Guerrero, excusándose de asistir a la imposición de hábitos por tener que estar en Londres.
El Capítulo dio el pésame al caballero Sr. D. Juan Nepomuceno Sevilla por la muerte de su esposa.
Se solicitó por el Capítulo de Caballeros que se pidiera al gobierno, mediante el Rey, que concediera la Gran Cruz de la Beneficencia para el Eminentísimo Señor Cardenal Primado por su constante protección de los obreros, pobres, niños, emigrantes, instituciones benéficas, trabajos en Las Hurdes, etc … y con esto se cerró la sesión del Capítulo.
Una vez comenzada la celebración religiosa, el Maestro de Ceremonias, acompañado por el Prioste acercan al altar a cada uno de los nuevos caballeros, el Emmo. Cardenal Primado procede a la bendición de los hábitos e impone uno y las insignias a cada caballero, mientras reza las preces y rogativas que el rito de nombramiento de caballeros, el rito medieval desempolvado de los códices que lo contenían y utilizado de nuevo para este acto, santifica a cada nuevo caballero como soldado de la Fe de Cristo:
Induere vestimento Capituli Domini Nostri Jesuchisti Jacentis in Sepulcro ut proesis fidelibus in fide y caritate. Accipe cingulum quo praecinctus valeas Chiristo servire in ipsius mandatorum observantia. Operi caput tuun in signum fortitudinis ad defensionen fidei christianae.
Ante la imposición por parte del Primado de cordón, hábito y birreta, responden los caballeros, Amén. Se repite la emoción del primer cruzamiento.
Inmediatamente después de la imposición de hábitos el cardenal celebró Santa Misa y administró la comunión a todos los caballeros, encareciéndoles en el sermón, a la fortaleza y decisión cristiana, como verdaderos legionarios del Ejército de Cristo. Como final, el Credo rezado en comunión dio colofón a la simpar y emocionante ceremonia religiosa.
Posteriormente y siendo tal la admiración que tenía el Cardenal Segura por su Guardia de Honor, acompañaron todos los caballeros a su Prioste de Honor al palacio y allí, este invitó en el comedor Primacial a sentar a su mesa al Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro.
Ha pesar de haber dado el Capítulo guardia de honor al Cardenal y al Rey el Viernes Santo, y haberse así establecido en sus estatutos aprobados por el propio purpurado, el Primado quiso hacer de este honor algo solemne y público, y como Prioste de Honor, nombra, inviste y declara, por Orden Cardenalicia del día 7 de Junio de 1928, día del Corpus Christi, al Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro GUARDIA DE HONOR DEL CARDENAL PRIMADO DE ESPAÑA, y así se lo hace saber a los caballeros, a la Junta de Gobierno y a toda España durante la alocución que les realiza antes de inaugurar la procesión del Misterio Eucarístico.
Tras este trascendental acto, se dirigió el Capítulo formado a la Catedral desde el Palacio Arzobispal, para asistir a la procesión del Corpus Christi.
Se formó la comitiva para entrar en la Catedral y esta sería la que posteriormente habría de pasear al Santo Cuerpo por la ciudad, a continuación, el cabildo de la Catedral, inmediatamente después el Primado, con el Guión del Santo Sepulcro al frente en dos filas que encabezan cuatro Comisarios y cierra la presidencia el Prioste.
La elegancia de la marcha de los caballeros es tal, que el Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro de Toledo, con sus amplios hábitos blancos, recogidos en pliegues de original postura y exornados con cordones, borlas y cruz, constituyen la nota de sobriedad y elegancia de Guardia de Honor que iba a enardecer la procesión del Corpus Christi y para nada desentona de la primorosa Custodia de Arfe que se guarda en la Catedral Primada de España.