El Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro de Toledo, tiene su origen en la iniciativa del Cardenal Primado Dr. Reig Casanova, de constituir una Orden Militar y Religiosa que reuniera a lo más prestigioso y florido de la Sociedad de Toledo para dar esplendor a las fiestas religiosas de la Capital Imperial, para dar el boato y los honores que han de acompañar al poseedor de la Tiara Cardenalicia Primacial, además de hacer participar a los más nobles caballeros en la vida religiosa de la ciudad.
Como consecuencia de coincidir en 1927, la Conmemoración del VII Centenario de la Catedral Primada mandada construir por el Rey Fernando III el Santo, el Centenario de la Coronación de la Patrona de Toledo y el III Congreso Eucarístico Nacional, todo Toledo se lanzó a la calle en fiestas y organizó cada uno de los actos conmemorativos con la ilusión con la que siempre había correspondido la ciudad a cada uno de los eventos organizados bajo la egregia figura del Cardenal Primado. Pero las Cofradías, Asociaciones Religiosas y Agrupaciones Parroquiales, acompañadas por sus mangas y estandartes, no podían dar el colorido y la rigurosa elegancia que requerían la Capitalidad Religiosa de España, y la maravillosa Custodia de Arfe.
Ante la ausencia de elegancia y ante la sensación de falta de majestuosidad protocolaria que había sentido el Dr. Reig Casanova durante la celebración popular de los acontecimientos conmemorativos, y coincidiendo con el sermón de cierre de este año Jubilar, lanza desde el púlpito de la Catedral a la Alta Sociedad Toledana, que tan poco había estado representada en los actos conmemorados y que tan poco se destacaba en las fiestas religiosas de la Capital Canónica de España, una plática en la cual se esboza y nace una iniciativa:
La idea lanzada al aire por el Cardenal Reig Casanova en el cierre de las celebraciones religiosas que habían acontecido en la Ciudad Primada, fue recogida por parte de aquellos a los cuales había sido dirigida, y como consecuencia, una antigua y noble Cofradía, la Real e Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y más concretamente tres de sus miembros: Sr. D. Rafael Martínez Vega, Sr. D. Luis Barber y Sr. D. Francisco Aparici comenzaron a pensar en la idea y en el mensaje del Primado.
Pero el Enmo. y Rvdmo. Arzobispo de Toledo, Canciller Mayor de Castilla y Cardenal Primado de España, Dr. D. Enrique Reig Casanova, moría en Toledo a las dos de la madrugada del día 25 de agosto de 1927. Como consecuencia de la muerte del Primado, todo quedo paralizado y casi olvidado por aquellos que habían acogido la idea de formar un Nuevo Capítulo de Caballeros.
El sucesor del Cardenal Dr. D. Enrique Reig Casanova, fue:
D. Pedro Segura Sáenz, Obispo de Coria, al cual le fue impuesta la Birreta Púrpura por Su Majestad el Rey de España Alfonso XIII el día 25 de Diciembre de 1927 en la Capilla del Palacio Real de Madrid, y como consecuencia nombrado Arzobispo de Toledo y Cardenal Primado de España, por Privilegio Real concedido por la Santa Sede a los Reyes de España en tiempo inmemorial.
Una vez impuesto por el Rey el Capelo Cardenalicio, el día 23 de Enero de 1928 (día de la Asunción de la Virgen y día de San Ildefonso), el Cardenal Dr. D. Pedro Segura Sáenz, tomó posesión y entrada oficial en Toledo, tras un festejo en la Ciudad.
Fue una complicada toma de posesión, dado el gran trabajo que le esperaba al Cardenal en su nueva y amplia Diócesis. Hubo de organizar todas y cada una de las Parroquias y Arciprestazgos, realizó un sin número de visitas pastorales, recompuso la administración y la organización de Palacio y se propuso conocer el estado de cada una de las Asociaciones de Fieles constituidas en Toledo, a lo que concedió extraordinaria importancia. Como consecuencia y a cinco semanas después de la toma de posesión de la Púrpura , invitó a su gran amigo Alfonso XIII, Duque de Toledo, a la Primera Misa de Rito Mozárabe que celebra el nuevo Cardenal en la Capilla Mozárabe de la Catedral. A esta Misa asistieron el Rey y el Primado, y junto a ellos, personalidades Políticas y Militares además de los Caballeros más notables de la ciudad expresamente invitados por el Cardenal. Entre ellos, el Sr. D. Rafael Martínez Vega, el Sr. D. Luis Barber y el Sr. D. Francisco Aparici.
La labor continua del Primado, su fervor por las tradiciones religiosas de la ciudad y sus habitantes y su participación incansable en todas y cada uno de los actos fervorosos del pueblo toledano, hacen que el espíritu religioso de la ciudad se ensalce y estimule, haciendo resurgir tradiciones e ideas que muchos creían olvidadas.